A medida que el mundo emergía del final de la última era del hielo, una profunda transformación estaba en marcha que cambiaría el curso de la humanidad. Las comunidades natufienses en el Creciente Fértil se encontraban en el epicentro de esta revolución, liderando el tránsito de sociedades cazadoras-recolectoras a las primeras formas de vida agrícola y sedentaria.
Ayn Mallaha: Un Asentamiento Natufiense de Avanzada
En el corazón del Creciente Fértil, Ayn Mallaha, también conocida como Eynan, surge como uno de los primeros asentamientos natufienses con estructuras residenciales permanentes. Datado alrededor del 12000 a. C., este sitio refleja una notable adaptación a un entorno cambiante. Las viviendas en Ayn Mallaha eran construcciones circulares semi-enterradas hechas de piedra, cubiertas con techos de paja, lo que proporcionaba aislamiento térmico y un avance hacia la permanencia en un mundo donde anteriormente la movilidad era esencial para la supervivencia.
Uno de los hallazgos más emotivos en Ayn Mallaha es la evidencia de que los natufienses enterraban a sus muertos junto a sus perros, sugiriendo un vínculo emocional y espiritual con estos animales que trascendía lo pragmático. Este acto revela una profunda conexión de los natufienses con la naturaleza y posiblemente las primeras concepciones espirituales que incluyen a los animales como parte integral de la comunidad humana.
Tell Abu Hureyra: Desde la Caza hasta la Agricultura
Tell Abu Hureyra, situado en la actual Siria, originalmente un sitio de caza alrededor del 11500 a. C., ilustra otro capítulo en la evolución natufiense. Aunque aún dependían de la caza y la recolección, los cereales silvestres comenzaban a jugar un papel cada vez más crucial en su dieta. Es probable que las mujeres, como principales recolectoras, jugaran un papel decisivo al observar y experimentar con la germinación de semillas, lo que eventualmente llevó a los primeros intentos de cultivo.
El Dryas Reciente: Un Desafío Global
Alrededor del 11000 a. C., el Dryas Reciente comenzó, un período de enfriamiento global abrupto que puso a prueba la resiliencia de los natufienses. Este cambio climático trajo consigo una escasez de recursos, obligando a las comunidades a adaptarse de manera creativa. En respuesta, los natufienses empezaron a cultivar cereales como una solución a la falta de alimentos. Sin embargo, el período de frío más intenso alrededor del 10000 a. C. hizo que tuvieran que abandonar lugares como Tell Abu Hureyra.
Regreso y Renacimiento en Tell Abu Hureyra
Los natufienses regresarían a Tell Abu Hureyra en 9500 a. C., con el fin del Dryas Reciente. El clima se había vuelto más cálido y estable, con patrones que facilitaban la agricultura. Este nuevo entorno permitió no solo la reocupación del sitio sino también una expansión significativa de sus prácticas agrícolas, sentando las bases para el desarrollo futuro de la agricultura en el Creciente Fértil.
El surgimiento de sitios como Göbekli Tepe marca un nuevo comienzo en la historia humana. Este monumental complejo de pilares tallados, que data de poco después de estos cambios climáticos y culturales, refleja un entorno donde las comunidades no sólo sobrevivían, sino que prosperaban, iniciando una era definida por estructuras más complejas y prácticas agrícolas avanzadas.
Conclusión
La historia de los natufienses nos enseña sobre la capacidad de innovación y adaptación en tiempos de cambios drásticos. A través de su transición hacia la agricultura, transformaron radicalmente su entorno y dejaron un legado que perdura hasta nuestros días.
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Referencias:
Amaia Arranz-Otaegui, Lara González Carretero, Joe Roe, Tobias Richter,
Valla, François & Khalaily, Hamudi & Samuelian, Nicolas & Bocquentin, Fanny & Bridault, Anne & Rabinovich, Rivka. (2017).
Colledge S, and Conolly J. 2010.
Environmental Archaeology 15:124-138.
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