
Las gallinas son animales versátiles que no solo nos ofrecen huevos, sino que también pueden ser fundamentales en un ciclo sin residuos en nuestra casa. A continuación, exploramos cómo alimentar a las gallinas con germinados y residuos vegetales y cómo usar sus residuos en la composta para fomentar un sistema de cultivo sostenible.
1. Alimentación a base de germinados
Los germinados son una excelente opción de alimento para nuestras gallinas. Son ricos en nutrientes y se pueden cultivar en casa con facilidad. Algunos germinados populares para las gallinas son:
Trigo: Es uno de los más comunes y fáciles de germinar. Las gallinas lo devoran con entusiasmo.
Alfalfa: Rica en proteínas y minerales. Es un complemento alimenticio estupendo para nuestras aves.
Lentejas: Aportan proteínas y son muy digestibles para las gallinas.
Maíz: Aunque requiere un proceso de germinación más largo, es muy nutritivo.
¿Cómo germinar?
Escoge la semilla que deseas germinar.
Remoja las semillas en agua durante 8-12 horas.
Esparce las semillas en una bandeja con papel periódico o tela húmeda.
Cubre las semillas con otro papel o tela húmeda.
Riega las semillas al menos dos veces al día.
En unos días, dependiendo de la semilla, tendrás germinados listos para ser ofrecidos a tus gallinas.
2. Aprovechando los residuos vegetales
Las gallinas son omnívoras, lo que significa que comerán casi cualquier cosa. Los residuos de tu cocina, especialmente los de origen vegetal, pueden ser una excelente fuente de alimento.
Nota: Evita darles alimentos muy salados, cítricos en exceso, aguacates, cebollas, chocolate, café o huesos de frutas como duraznos y ciruelas.
3. Transformando los residuos de gallinas en abono
Las gallinas no solo transforman los residuos vegetales en huevos, sino que sus excrementos son un abono orgánico de alta calidad. Sin embargo, es importante no aplicar este abono directamente en las plantas, ya que es muy concentrado y puede "quemarlas". En su lugar, se debe compostar.
Pasos para compostar los excrementos de gallina:
Recolección: Recolecta los excrementos de tus gallinas diariamente.
Mezcla: Combina los excrementos con materia orgánica como hojas secas, recortes de césped y restos de cocina.
Revuelve: Asegúrate de revolver la pila de compost regularmente para oxigenarla y facilitar la descomposición.
Maduración: En unos meses, dependiendo de las condiciones climáticas y del cuidado, tendrás compost maduro listo para ser incorporado a tu jardín o huerto.
Conclusión
Mantener gallinas en casa puede ser un pilar fundamental en la creación de un ciclo sin residuos. Al alimentarlas con germinados cultivados en casa y residuos vegetales, y al aprovechar sus excrementos para compostar, estamos cerrando un ciclo donde nada se desperdicia y todo se reutiliza. Es una forma excelente de ser sostenible y, al mismo tiempo, obtener beneficios como huevos frescos y un jardín fertilizado de manera natural.
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