¿Alguna vez te has sentido diferente, como si tu cerebro estuviera en una sintonía distinta? Si vives con TDAH, es probable que te hayas hecho esta pregunta. Yo también. Recientemente, descubrí una teoría que ha cambiado mi forma de ver el TDAH: la hipótesis cazador vs. agricultor.
Nuestros ancestros cazadores-recolectores poseían habilidades que se reflejan en nosotros hoy:
✅ Alerta constante al entorno.
✅ Reacciones rápidas a estímulos imprevistos.
✅ Capacidad de hiperfoco en tareas específicas.
✅ Toma de decisiones instantáneas.
✅ Pensamiento visual agudo.
✅ Energía intensa en actividades seleccionadas.
✅ Tendencia a asumir riesgos.
Estos rasgos, cruciales para los cazadores, se manifiestan en personas con TDAH. Pero, ¿qué nos dice la ciencia sobre esto? Un estudio de 1999 sobre el alelo del receptor de dopamina D4 (DRD4) ofrece una perspectiva fascinante. El DRD4 está relacionado con la regulación de la dopamina, un neurotransmisor asociado con la motivación y el placer. Se encontró que las poblaciones nómadas tienen una mayor frecuencia del alelo largo de DRD4, relacionado con la búsqueda de novedad y la hiperactividad, rasgos comunes en el TDAH.
El artículo de Tim Callaway en New Scientist, basado en el estudio de Ben Campbell, profundiza en esta conexión. Campbell examinó a los Ariaal, un grupo nómada de Kenia, y descubrió que aquellos con la variante genética ligada al TDAH tenían ventajas en su estilo de vida nómada. Sin embargo, cuando adoptaban un estilo de vida más sedentario, estos beneficios disminuían.
En contraste, los agricultores desarrollaron habilidades para:
✅ Enfocarse en tareas rutinarias y repetitivas.
✅ Planificar a largo plazo.
✅ Cultivar la paciencia y la persistencia.
✅ Mantener estabilidad emocional y menor propensión al riesgo.
Como alguien con TDAH, puedo sentir la discrepancia entre estas habilidades agrícolas y mis propias tendencias. ¿Te has sentido así también? ¿Como un cazador en un mundo de agricultores?
Pero aquí hay una reflexión interesante: ¿y si al adoptar actividades típicas de los agricultores, como la jardinería urbana, pudiéramos desarrollar estas habilidades? La jardinería implica planificación, paciencia, y no ofrece gratificaciones instantáneas, lo cual podría equilibrar nuestras tendencias innatas.
El TDAH podría no ser un trastorno en el sentido tradicional, sino más bien una adaptación a un estilo de vida que ya no es predominante. Reconocer esta perspectiva nos invita a reconsiderar cómo valoramos diferentes tipos de habilidades y adaptaciones.
Al abrirnos a nuevas experiencias, podríamos descubrir maneras de equilibrar nuestras tendencias de cazadores y aprovechar nuestra herencia evolutiva.
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