En un análisis profundo sobre la interacción entre género y comportamientos proambientales, el estudio "Gender Bending and Gender Conformity" arroja luz sobre cómo los estereotipos de género pueden influir negativamente en la participación de los hombres en acciones sostenibles. Se ha encontrado que, aunque algunas prácticas proambientales son consideradas masculinas, la percepción generalizada de estos comportamientos como femeninos lleva a muchos hombres a evitarlos, temiendo que su masculinidad sea cuestionada. Este fenómeno no solo limita la participación masculina en esfuerzos cruciales para el futuro del planeta, sino que también perpetúa una división de género dañina en la responsabilidad ambiental.
Históricamente, la relación de los hombres con la tierra ha sido de profundo respeto y cuidado. Desde los inicios de la agricultura hace unos 10 mil años, los hombres han jugado un papel fundamental en el cultivo y la protección de los recursos naturales. Esta conexión ancestral con la tierra evidencia que el cuidado ambiental no solo es completamente compatible con la masculinidad, sino que ha sido una de sus expresiones más antiguas y vitales.
Sin embargo, en la era moderna, hemos visto cómo la industrialización y el consumismo han distorsionado nuestra relación con el entorno natural. La acumulación de bienes materiales, la competencia por recursos y el deseo de dominio sobre la naturaleza se han convertido, erróneamente, en sinónimos de éxito y virilidad. En este contexto, prácticas sostenibles como el reciclaje, la conservación de la biodiversidad y la reducción del consumo se han relegado a un segundo plano, percibidas por muchos como contrarias a la imagen tradicional de la masculinidad.
“Los participantes percibieron a todos los personajes como más femeninos, al margen de sus conductas, lo cual refleja la tendencia de considerar el ecologismo como un movimiento femenino”, señaló Swim. Y añadió que los personajes cuyas actitudes se correspondían con su género eran, por lo general, percibidos como más heterosexuales. Los investigadores concluyeron que, si creemos que es importante que nos perciban como heterosexuales, procuraremos no llevar a cabo actividades que no se ajusten a nuestro género a fin de evitar los estigmas que puedan conllevar. Y añadieron: “Es más probable que los hombres se distancien socialmente” de estas conductas no conformes con el género.
El estudio revela que este rechazo no solo es infundado, sino que también contribuye al estigma y la distancia social entre hombres que optan por comportamientos proambientales y aquellos que se adhieren estrictamente a normas de género más tradicionales. Esta resistencia a aceptar la sostenibilidad como parte integral de la masculinidad moderna plantea importantes cuestiones sobre cómo definimos y valoramos las cualidades masculinas en nuestra sociedad.
Es momento de reexaminar y expandir nuestra comprensión de la masculinidad para incluir la responsabilidad, el cuidado y el respeto por nuestro planeta. Al hacerlo, no solo recuperamos una parte esencial de nuestra herencia como cuidadores de la tierra, sino que también abrimos el camino para una participación más equitativa y efectiva en la preservación del medio ambiente. La verdadera fuerza, después de todo, reside en nuestra capacidad para proteger y sustentar la vida en todas sus formas.
La investigación de Swim, Gillis y Hamaty nos desafía a mirar más allá de los estereotipos y a reconocer que el cuidado del medio ambiente es una responsabilidad compartida, esencial para la supervivencia y el bienestar de todos. Al romper las barreras de género en la sostenibilidad, podemos construir una sociedad más inclusiva, resiliente y capaz de enfrentar los retos ambientales de nuestro tiempo.
En conclusión, los hombres tenemos un rol crucial en el movimiento hacia un futuro más sostenible. Es hora de que rechacemos las nociones obsoletas de masculinidad que nos alejan de nuestro legado como protectores de la tierra y abracemos plenamente nuestro papel en la preservación del medio ambiente para las generaciones futuras.
Referencia: Swim, J.K., Gillis, A.J., & Hamaty, K.J. (2020). Gender Bending and Gender Conformity: The Social Consequences of Engaging in Feminine and Masculine Pro-Environmental Behaviors. Sex Roles, 82(1). DOI: 10.1007/s11199-019-01061-9. Link del estudio: https://link.springer.com/article/10.1007/s11199-019-01061-9?_ga=2.56717226.1407420975.1565018121-427508109.1565018121
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